Algo muy extraño en el caso de Luis Eduardo
En el crimen del periodista Luis Eduardo Cardozo Estrada, existen hechos muy raros que vale la pena que se investiguen por la fiscalía para que el caso quede esclarecido totalmente, pues solo existe la versión del victimario.
Luis Eduardo, era un hombre que rondaba los 65 años, es decir un adulto mayor. Sufría de parkinson y vivía con las secuelas de una enfermedad neurológica que por poco se lo lleva anticipadamente a la tumba.
En su vida personal era respetuoso sin sobrepasarse con el honor de los demás. Convivía pacíficamente en comunidad y nunca se le conocieron escándalos o problemas pasionales. Le gustaba el licor y era un conversador muy agradable.
La justicia debe investigar porque el personaje que contrató para el arreglo de su apartamento se excedió en el uso de la fuerza al golpearlo brutalmente con una estatuilla de bronce hasta causarle la muerte. Lo lógico era que si se sentía agredido por un hombre ebrio, medio anciano y enfermo su reacción debía ser empujarlo y no golpearle en el cráneo porque era previsible el resultado que tuvo esa conducta agresiva de parte del joven.
Todo parece indicar que la estrategia de la legítima defensa del honor es el argumento de un habilidoso abogado para defender a su cliente. Vale la pena que el ministerio público en representación de la sociedad esté atento en las investigaciones y que las organizaciones de periodistas no se queden cruzadas de brazo con otro caso en la impunidad, donde el criminal sale por la puerta del honor y la víctima cae en la tumba del deshonor. Con la puesta en libertad de Stiven Ayala, el juez de garantías otorgó la licencia para matar en defensa del legítimo honor, que tal esto.
Las coincidencias con el crimen de Carlos Alberto Llanos
De este insuceso que hoy lamenta la prensa vallecaucana llama la atención varias terribles coincidencias entre la muerte de Luis Eduardo Cardozo y Carlos Alberto Llanos Millan. Los dos trabajaban en Todelar donde eran los periodistas más representativos. Los dos fueron asesinados por jóvenes entre 22 y 25 años, los dos murieron siendo alcalde Rodrigo Guerrero Velasco. Los dos casos siempre se relacionaron con asuntos ajenos a la profesión.
Impunidad
El caso de Carlos Alberto Llanos ocurrido en enero de 1992 quedo en la más absoluta impunidad, como también sucedió con el crimen de Didier Aristizábal, Carlos Humberto Jiménez, Guillermo Cabrera, Alirio Mora Beltrán, entre otros.
Paz en la tumba de Luis Eduardo Cardozo
Vale la pena que el ministerio público en representación de la sociedad esté atento en las investigaciones y que las organizaciones de periodistas no se queden cruzadas de brazo con otro caso en la impunidad, donde el criminal sale por la puerta del honor y la víctima cae en la tumba del deshonor.
BUENA NOCHE.
ResponderEliminarOJALÀ REVISEN LA PORCELANA CON LA QUE PRESUNTAMENTE LUCHO AGREDIÒ AL JOVEN. ALLÌ DEBE HABER HUELLAS.
¿ENCONTRARON LA ESTATUILLA?
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